Necesidad de cambios radicales en el modelo de negocio de la investigación en España

Este es un pais en el que cada capital de provincia aspira a tener una estación de AVE, un aeropuerto, una universidad con un amplio abanico de facultades, un club de fútbol en primera división, ……y un centro de investigación científica puntero.

No voy a frivolizar poniendo todas esas loables aspiraciones en el mismo nivel en cuanto a su aportación a la riqueza y al futuro de un territorio y de sus ciudadanos. Pero todas ellas tienen una cosa en común: son inviables.

Partamos de una realidad. El déficit histórico acumulado de recursos dedicados a la investigación en este pais es endémico. Del lapidario “¡que inventen ellos!” de Unamuno, que nos ha condenado a la marginalidad en el panorama científico internacional durante tantísimos años, se ha conseguido en la última década una cierta recuperación en base a recursos que, aunque lejos de lo óptimo, al menos han permitido financiar iniciativas, repatriar/atraer talento y empezar a conseguir logros significativos en algunos campos.

Pero la cuestión es si hemos rentabilizado esos recursos de la mejor manera.

Por definición, el ámbito de la ciencia es global. Siempre se ha producido la tensión creativa entre la competición por ser el primero en descubrir (léase publicar) y la generosidad de compartir ese conocimiento para el avance del resto de la comunidad científica.

Pero la investigación es cara, posiblemente cada día más. La necesidad de optimizar los recursos lleva a estrategias de especialización -tanto en ámbitos de conocimiento como en las diferentes etapas de la cadena de valor- y de colaboración posterior.

Pues bien. En nuestro país el enfoque ha sido territorial y con escasa (nula) estrategia de especialización.

Pongamos por caso la biotecnología. ¿Cuántas comunidades autónomas han puesto en marcha su cluster biotecnológico? Una pista: tal vez acabe antes contando las que no lo han hecho. Da igual tener o no una trayectoria previa en excelencia médica; si faltan infraestructuras, se construyen; equipamientos, se compran. Da igual que ya existan esas capacidades en otro centro del pais, incluso aunque ese centro sea el centro de referencia a nivel nacional, e incluso sea uno de los mejores en su campo a nivel europeo. Al contrario, si mi vecino se ha comprado una de esas máquinas, yo otra igual (si puedo dos, mejor).

Resultado: mediocridad, irrelevancia.

Pero se acabó la fiesta, y los recursos van a ser escasos durante algún tiempo (años….una eternidad en investigación), y ahora la única salida es obtener fondos de la  UE y de donantes privados (esta, a la espera de nueva legislación del mecenazgo y de los beneficios fiscales relacionados).

Pequeña cuestión: ¿saben lo que ambos van a preguntar para decidir a quién otorgan fondos?

En qué son excelentes, los mejores, únicos. Por qué le tengo que dar dinero a ustedes y no a otros. En qué se diferencian. Cómo vamos a medir el éxito y fijar los criterios para saber abandonar a tiempo una línea de investigación que no lleva a nada relevante. Por qué tenemos que fiarnos de ustedes como partner de un consorcio trans-europeo…….

Esto no va de pequeños ajustes a nivel local, sino de un cambio de mentalidad radical. Y de tomar decisiones dolorosas (al menos políticamente incómodas). Y rápido.

Poner el derecho al acceso a la educación obligatoria y una atención sanitaria de calidad para todos los ciudadanos, residan donde residan, en el mismo plano que la investigación científica puntera, demuestra no sólo ignorancia sino también populismo.

Un mensaje de consuelo para los políticos responsables que tengan el coraje de cerrar/re-enfocar muchas de esas infraestructuras que no tienen sentido. Las manifestaciones populares al respecto (y el coste en votos) serán anecdóticas frente a las que tendrían que afrontar si el equipo de fútbol de su ciudad tuviera que bajar a 2ª división B por impago de deudas con Hacienda y la Seguridad Social.

En la lejana India, los premios Nobel locales son celebridades populares.

Cuánto tiene que cambiar esto.

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